Si eres ilustrador o te gusta dibujar y se te da bien, seguro que te has encontrado más de una vez en esta situación. Describo un poco la escena:
Reunión con un grupo de amigos, y se decide jugar al pictionary. Todo genial hasta que de repente todas las miradas se depositan en ti, paso seguido tus amigos comienzan a pelearse para tenerte en su equipo. Dan por hecho que ganarán ya que tu eres ilustrador.
¿te ha pasado? ¡a que sí! Pero ahí no acaba la cosa, llega tu turno y ¡menudo agobio! lo que debería ser un juego divertido se convierte en una gran responsabilidad, ¡se espera tanto de ti! ¡No tienes tiempo de documentarte, ni de hacer un boceto ni de probar diferentes composiciones!
Bueno, puede que esté exagerando, pero es algo que nos suele suceder a muchos de nosotros. Y es que pasa el tiempo y nos volvemos cada vez más técnicos y más dependientes de algunas herramientas y nos olvidamos de disfrutar y divertirnos con el dibujo.
Observa a un niño, busca a alguno, en lo posible de menos de 6 años, facilitadle un lápiz y un folio y pedidle que dibuje un perro. ¿Que va a ocurrir? Seguramente el niño/a no dudará, cogerá el lápiz y comenzará a dibujar un perro, con trazo seguro. En cambio, si haces lo mismo con un adulto, lo primero que te dirá es que no sabe dibujar, comenzará con las típicas excusas.
Los ejercicios que estoy haciendo en esta serie de vídeos en mi canal de youtube: “Diviértete dibujando” persiguen el fin de recuperar ese niño que hay dentro nuestro, y encarar el dibujo de una forma más lúdica y divertida. Con trazo seguro, sin dudar, con permiso de equivocarnos.
Basándome en el libro de Carla Sonheim he comenzado con esta serie de ejercicios, y lo estoy pasando súper bien, estoy seguro que te gustará probarlos a ti también ¿te animas?
Reunión con un grupo de amigos, y se decide jugar al pictionary. Todo genial hasta que de repente todas las miradas se depositan en ti, paso seguido tus amigos comienzan a pelearse para tenerte en su equipo. Dan por hecho que ganarán ya que tu eres ilustrador.
¿te ha pasado? ¡a que sí! Pero ahí no acaba la cosa, llega tu turno y ¡menudo agobio! lo que debería ser un juego divertido se convierte en una gran responsabilidad, ¡se espera tanto de ti! ¡No tienes tiempo de documentarte, ni de hacer un boceto ni de probar diferentes composiciones!
Bueno, puede que esté exagerando, pero es algo que nos suele suceder a muchos de nosotros. Y es que pasa el tiempo y nos volvemos cada vez más técnicos y más dependientes de algunas herramientas y nos olvidamos de disfrutar y divertirnos con el dibujo.
Observa a un niño, busca a alguno, en lo posible de menos de 6 años, facilitadle un lápiz y un folio y pedidle que dibuje un perro. ¿Que va a ocurrir? Seguramente el niño/a no dudará, cogerá el lápiz y comenzará a dibujar un perro, con trazo seguro. En cambio, si haces lo mismo con un adulto, lo primero que te dirá es que no sabe dibujar, comenzará con las típicas excusas.
Los ejercicios que estoy haciendo en esta serie de vídeos en mi canal de youtube: “Diviértete dibujando” persiguen el fin de recuperar ese niño que hay dentro nuestro, y encarar el dibujo de una forma más lúdica y divertida. Con trazo seguro, sin dudar, con permiso de equivocarnos.
Basándome en el libro de Carla Sonheim he comenzado con esta serie de ejercicios, y lo estoy pasando súper bien, estoy seguro que te gustará probarlos a ti también ¿te animas?
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